Viruela del mono y odontología ¿Qué impacto y riesgos tiene?
La viruela del mono es una enfermedad infecciosa de trasmisión catalogada como rara. Sin embargo, en los últimos meses, se han notificado numerosos casos de viruela del simio en población infantil y adulta, convirtiéndola en una amenaza para la salud.
No es la primera vez que Europa registra casos de viruela del mono. Aunque en la actualidad sí que es el brote más grande registrados: más de 5.300 casos en 75 países diferentes del mundo. Siendo el 85% de estos casos en Europa.

Aunque esta enfermedad es una variante de la viruela, considerada erradicada por Asamblea Mundial de la Salud en 1980, ha vuelto a poner de rabiosa actualidad una enfermedad contagiada por zoonosis que parecía complicada su expansión y desarrollo por la población.
Conocer sus posibles síntomas, así como sus vectores de contagio, hace que, junto con la vacunación del virus de la viruela convencional, el conocimiento resulte clave para la prevención de posibles contagios entre el resto de personas.
Aun así, como todas las enfermedades infecciosas y virus, la viruela del mono supone un riesgo para los profesionales de la odontología dentro del gabinete dental. Quedando altamente expuestos a un nuevo riesgo biológico y aumentando aún más, los protocolos de bioseguridad y desinfección de instrumentos y espacios utilizados por los pacientes.
¿Qué es la viruela del mono?
Es una enfermedad zoonótica viral. La viruela del mono es un virus que puede ser transmitido por un animal hacia una persona. De la misma manera una vez contagiada una persona, este virus puede ser transmitido a otra.
Recibe el nombre de viruela del mono porque la primera vez que se detectó este virus en un animal fueron en unos primates en un laboratorio en 1958. No obstante, cualquier animal es susceptible de contraer el virus.
Frecuentemente, esta enfermedad es transmitida a los humanos mediante los roedores. Ratas, lirones o perros de las praderas son los vectores más comunes en cuanto a la propagación del virus entre la población africana.
Los primeros casos en humanos fueron identificados en 1970 en la república Democrática del Congo. Hasta 2022, la aparición de este virus estaba asociado con brotes y casos aislados dentro del continente africano.
El origen del virus
El origen de la viruela del mono se encuentra en el interior de las selvas tropicales de África central y occidental. Son en estos lugares, donde existe una mayor población de animales susceptibles a la transmisión de la enfermedad en contacto con la población.
Aunque el virus es ampliamente conocido por los especialistas en enfermedades infecciosas, muy pocos habían despertado la alarma sobre el posible contagio y transmisión hacia países no endémicos, donde apenas existían casos documentados en pacientes.
Las primeras informaciones recogidas sobre los primeros brotes de la enfermedad en Europa, recogen como epicentro de la propagación del virus, la fiesta del orgullo gay de Maspalomas y una sauna en Madrid donde se cree que pudo propagarse rápidamente al resto de países.
Sin embargo, no se debe estigmatizar la enfermedad hacía el colectivo LGBTI+ , ya que en la actualidad el brote afecta a todo tipo de personas (incluidos niños) en el resto del mundo. Dejando de ser una enfermedad asociada a una orientación sexual concreta.
¿Cómo saber si tengo la viruela del mono?
La sintomatología presentada en la viruela del mono es muy parecida a la extinta viruela. Sin embargo y por noma general, estos síntomas suelen ser de carácter mucho más leve que la erradicada viruela.
El cuadro clínico de síntomas que puede presentar una persona son:
- Dolores de cabeza
- Fiebre
- Dolor muscular
- Dolor en la espalda
- Cansancio
- Escalofríos
- Inflamación de los ganglios.
- Erupción de ampollas y pápulas en cara, pies y manos.
- Llagas y úlceras en el interior de la boca. Se han encontrado lesiones petequiales en el paladar duro
- Rigidez de la articulación temporomandibular
- Respiratorios (dolor garganta, congestión nasal o tos)
El período de incubación del virus puede variar de 7 a 14 días hasta la aparición de síntomas asociados. Desde la primera aparición de los síntomas, la duración de la enfermedad puede variar de 2 a 4 semanas. Presentando cuadros graves que pueden alargar la enfermedad en el paciente e incluso causar la muerte.
¿Tiene cura la viruela del mono?
En la actualidad no existe cura para la viruela del mono. El único tratamiento posible es minimizar los síntomas mediante medicación y evitar la deshidratación de la persona. En caso de complicaciones asociadas a la misma, deben ser tratadas por especialistas.
¿Se puede prevenir la viruela del mono?
En la actualidad no existe una vacuna específica para prevenir la viruela del mono. Aunque hay en proceso de desarrollo diferentes vacunas para su prevención, estos tratamientos no han sido autorizadas por las agencias del medicamento.
Se tiene constancia que la vacuna de la viruela común proporciona cierta protección frente a la variante del virus. Ambas variantes del virus son genéticamente similares. Con lo cual el grado de protección que ofrece la vacuna de la variante tradicional, proporciona un grado alto de inmunidad.
El mayor problema es, que, con la erradicación de la viruela, la población posterior a 1979 no ha recibido ningún tipo de vacuna al no existir un riesgo real de la enfermedad. Esto a su vez, ha derivado en una escasez de vacunas disponibles para la población actual.
Dadas estas restricciones en cuanto al acceso a la vacuna, las autoridades sanitarias en muchos países han decidido vacunar a población de riesgo expuesta a la enfermedad.
Las recomendaciones impartidas por la OMS son:
- Evitar el contacto físico, carne y sangre de posibles animales que puedan estar contagiados o supongan un riesgo.
- Lavar las manos frecuentemente con el fin de eliminar patógenos.
- En caso de ser portador del virus, aislamiento total. No tocar heridas ni fluidos.
- Limitar el contacto físico.
- No compartir objetos personales ya que pueden ser un foco de transmisión.
El contagio de la viruela del mono entre humanos
La “monkeypox” (denominada en inglés) se contagia principalmente por el contacto estrecho con la piel y fluidos del paciente infectado.
Es por ello, que no se recomienda compartir ropa, prendas de cama o cualquier otro tipo de accesorio que pueda haber estado en expuesto al contacto con el paciente. Se recomienda en caso de compartir, lavar de manera frecuente las prendas.
Aunque no está catalogada como una enfermedad sexual, la viruela símica tiene un rápido vector de propagación en las relaciones sexuales. Al mantener contacto estrecho entre individuos, la viruela del mono puede propagar de manera rápida entre la población.
La mutación del virus de la viruela del simio
Una de las ventajas observadas en este virus frente a la pandemia actual generada por el virus del SARS-Cov-2 y la crisis del coronavirus, es su capacidad para mutar asociado a los microorganismos infecciosos.
La mutación es una característica asociada a todos los virus. No obstante, la viruela del mono es un microorganismo que pertenece a la familia ortohopox. La característica de este virus es que tiene ADN en vez de ARN como coronavirus, siendo su mutación mucho más lenta.
Los virus solo pueden mutar en el interior de una célula infectada. Debemos saber que, las mutaciones de los virus en muchas ocasiones son neutrales o perjudiciales para el propio microorganismo, pero en ciertas ocasiones, estas mutaciones pueden ocasionar un beneficio al virus creando una cepa más evolucionada.

¿Se puede morir de viruela del mono?
Se estima que entre el 3% y el 6% de la población afectada por este virus, termina con la defunción. La gran mayoría de los pacientes que mueren con esta enfermedad son niños y pacientes con afecciones previas que agravan la enfermedad.
Las causas más comunes en cuanto a complicaciones del cuadro clínico presentado por el virus y que pueden llevar a la muerte son la encefalitis y las infecciones asociadas por la misma, especialmente en los ojos.
La viruela del mono y la odontología
El brote actual del virus supone un nuevo reto para odontólogos y profesionales dentales. Obligando a seguir extremando precauciones frente a previos protocolos instaurados en las clínicas dentales como el del VIH, hepatitis o coronavirus.
La desinfección de los materiales y superficies que pueden tener estrecho contacto con los pacientes requieren de una máxima desinfección de las mismas entre cada paciente.
Especialmente los cirujanos y periodoncistas deben prestar atención en caso de visualizar algún tipo de lesión en la boca o alrededor del rostro del paciente. Como hemos descrito anteriormente, las úlceras y llagas en el interior de la boca son síntomas asociados a la misma.
Desde el punto de vista del paciente y la salud oral debemos tener especial cuidado con pautas básicas relativas con la propagación de virus:
- No almacenar los cepillos de todos los individuos con los que se convive en un único espacio, como por ejemplo un vaso.
- Cambiar el cepillo de dientes en caso de enfermar y de manera regular.
- No compartir cepillo de dientes.
- No chuparse las manos e evitar comer con las mismas sin un previo lavado de manos.
De la misma manera la rigidez de la articulación temporomandibular, puede acarrear problemas de atricción dental y bruxismo como dolores de cabeza. En caso de que el síntoma persista una vez pasada la enfermedad, deberemos acudir a un especialista en odontología para el tratamiento de posibles secuelas.
¿Quién es la población en riesgo con este virus?
La población en riesgo frente al virus son fundamentalmente los menores de 40 años y los niños. Especialmente se ha visto que en niños el cuadro clínico y la presentación de posibles complicaciones son mucho más graves.
La gran mayoría de estos colectivos no han recibido ningún tipo de vacuna o inmunización. Los principales grupos de riesgo frente a la viruela del mono son:
- Personas inmunodeprimidas (cáncer, receptores de órganos o en tratamiento con medicamentos) o positivas en VIH.
- Niños menores de 8 años
- Embarazadas
Fuentes
Emergence of Monkeypox as the Most Important Orthopoxvirus Infection in Humans. Nikola Sklenovská and Marc Van Ranst. Front Public Health. 2018; 6: 241.
Multi-country monkeypox outbreak in non-endemic countries. WHO. 21st May 2022
Human monkeypox. Andrea M McCollum 1, Inger K Damon. Clin Infect Dis. 2014 Jan; 58(2):260-7
Human Monkeypox: Epidemiologic and Clinical Characteristics, Diagnosis, and Prevention. Eskild Petersen, Anu Kantele, Marion Koopmans, Danny Asogun, Adesola Yinka-Ogunleye, Chikwe Ihekweazu, Alimuddin Zumla. Infect Dis Clin North Am. 2019 Dec;33(4):1027-1043
Should we stay aware of monkeypox maxillofacial lesions? Bruna Campos Ribeiro, Samuel Macedo Costa. Oral Surgery. 17 July 2022