Síntomas de rechazo de injerto de hueso
Si le han colocado implantes dentales recientemente y le preocupa el rechazo del injerto óseo, no está solo. Aunque es extremadamente raro, puede ocurrir en algunos casos si el cuerpo rechaza el material extraño y da lugar a complicaciones importantes.
Saber qué hay que tener en cuenta es vital para reconocer los signos de rechazo de injerto de hueso, por lo que aquí te explicaremos todo lo que debe saber para estar preparado. En este artículo explicaremos por qué se produce el rechazo del injerto óseo y qué se puede hacer para evitarlo.
Qué es un injerto de hueso
Un injerto de hueso en la boca es un procedimiento quirúrgico en el que se toma un trozo de hueso de una zona del cuerpo y se trasplanta a la boca para reparar o sustituir el hueso dañado o ausente.
Este tipo de procedimiento se utiliza habitualmente en odontología para reparar defectos del hueso maxilar causados por la pérdida de un diente, una lesión, pérdida de masa ósea por enfermedad periodontal o una infección.
El material del injerto óseo puede proceder del propio cuerpo del paciente (un autoinjerto), de un donante (un aloinjerto) o de un material sintético (un aloplasto). El objetivo de un injerto óseo en la boca es proporcionar una base sólida para implantes dentales o mejorar la estructura y función de la mandíbula.
Principales aloplastos en odontología
Un aloplasto es un material sintético que se utiliza como injerto óseo en la boca. Los principales materiales de aloplastos para injertos óseos en la boca incluyen:
- Hidroxiapatita: La hidroxiapatita es un mineral natural que se encuentra en el hueso humano. Es altamente biocompatible, lo que significa que no es rechazada por el sistema inmunitario del organismo. La hidroxiapatita se utiliza habitualmente como material de injerto óseo porque favorece el crecimiento óseo y puede moldearse para adaptarse a las necesidades específicas del paciente.
- Fosfato tricálcico: El fosfato tricálcico es un material sintético similar a la hidroxiapatita. Es biocompatible y favorece el crecimiento óseo, pero es menos denso y más poroso que la hidroxiapatita. Esto lo convierte en una buena opción para injertos óseos en zonas donde el hueso es fino o débil.
- Fosfato beta-tricálcico: El fosfato beta-tricálcico es un material sintético de injerto óseo más reciente, similar al fosfato tricálcico. Es menos poroso que el fosfato tricálcico, lo que lo hace más duradero y resistente. También es muy biocompatible y favorece el crecimiento óseo.
- Ácido poliláctico: El ácido poliláctico es un polímero sintético biodegradable, lo que significa que el organismo lo absorbe gradualmente con el tiempo. Se utiliza habitualmente como material de injerto óseo porque favorece el crecimiento óseo y puede moldearse para adaptarse a las necesidades específicas del paciente. Sin embargo, no es tan duradero como otros materiales aloplásticos y puede ser necesario sustituirlo por un injerto óseo más permanente en el futuro.
- Polietilenglicol: El polietilenglicol es un polímero sintético biocompatible que favorece el crecimiento óseo. Se suele utilizar como material de injerto óseo porque es duradero y resistente. Sin embargo, no es tan fácil de moldear o dar forma como otros materiales aloplásticos, por lo que puede no ser adecuado para todos los procedimientos de injerto óseo.
Síntomas de rechazo de injerto de hueso y razones por las que se produce
El rechazo del injerto de hueso en la boca es una complicación rara pero grave que puede producirse tras un procedimiento de injerto óseo. Este tipo de rechazo se produce cuando el sistema inmunitario del organismo reconoce el tejido óseo donado como extraño y monta una respuesta inmunitaria contra él.
Aunque el injerto óseo es un procedimiento habitual y generalmente satisfactorio, existe un pequeño riesgo de que el organismo rechace el tejido óseo donado. El rechazo de un injerto de hueso en la boca es una complicación rara pero posible de un procedimiento de injerto óseo dental.
Se produce cuando el sistema inmunitario del organismo reconoce el material del injerto óseo como extraño y lo ataca, lo que provoca el rechazo del injerto. Esto puede suceder en cualquier momento después del procedimiento, pero es más probable que ocurra en las primeras semanas.
Síntomas de un rechazo de injerto óseo
Los síntomas de un rechazo de injerto óseo en la boca pueden variar en función de la gravedad del rechazo y de la causa subyacente. Algunos de los posibles síntomas de rechazo de un injerto de hueso en la boca son:
- Dolor, hinchazón o sensibilidad en la zona del injerto óseo.
- Enrojecimiento o calor en la zona del injerto óseo.
- Drenaje de pus u otros fluidos de la zona del injerto óseo.
- Fiebre.
- Dificultad para masticar o tragar.
- Pérdida de sensibilidad en la zona del injerto óseo.
- Si experimenta alguno de estos síntomas después de una intervención de injerto óseo, es importante que se ponga en contacto inmediatamente con su dentista o cirujano oral para que le realice una evaluación y un tratamiento adicionales.
Tratamiento para rechazo de injerto de hueso
El tratamiento del rechazo de un injerto de hueso en la boca dependerá de la causa subyacente y de la gravedad del rechazo. En algunos casos, el rechazo puede tratarse con medicamentos, como antibióticos o fármacos inmunosupresores.
En los casos más graves, puede ser necesario extirpar quirúrgicamente el material de injerto óseo rechazado y sustituirlo por un nuevo injerto óseo. En algunos casos, pueden ser necesarios tratamientos adicionales, como el desbridamiento de la herida o la cirugía reconstructiva, para reparar el daño causado por el rechazo.
¿Es posible someterse de nuevo a una intervención tras un rechazo de tejido óseo?
Sí, es posible que una persona con un rechazo previo de un injerto de hueso en la boca vuelva a someterse a la cirugía. Sin embargo, es importante comentar los riesgos y posibles complicaciones con su dentista o cirujano oral antes de proceder a una segunda intervención de injerto óseo.
En algunos casos, el rechazo anterior puede ser un signo de problemas de salud subyacentes que deben tratarse antes de someterse de nuevo a la cirugía.
Además, puede ser necesario un tipo diferente de material de injerto óseo o de abordaje quirúrgico para reducir el riesgo de rechazo en el futuro. Su dentista o cirujano oral podrá proporcionarle más información y orientación en función de su situación específica.
Cómo es la operación de injerto de hueso y sus plazos de recuperación
El tiempo necesario para realizar un injerto óseo en la boca puede variar en función del tipo de intervención y de la afección tratada. En general, la intervención puede durar varias horas y el proceso de recuperación puede durar de varias semanas a varios meses.
Después de la intervención, la zona alrededor del injerto óseo estará dolorida e hinchada. Su dentista o cirujano oral le proporcionará analgésicos e instrucciones para el cuidado de la zona operada. Es posible que tenga que seguir una dieta blanda o líquida durante los primeros días después de la intervención para permitir que la zona injertada cicatrice.
En las semanas siguientes, el hueso injertado empezará a integrarse con el hueso circundante. Este proceso, conocido como osteointegración, es esencial para el éxito del injerto óseo. Durante este tiempo, es posible que deba seguir un programa de ejercicios específico para ayudar a estimular el flujo sanguíneo y favorecer la cicatrización.
Al cabo de varias semanas, la zona injertada debería estar completamente curada y el hueso totalmente integrado. No obstante, este proceso puede durar de 2 semanas a 3 meses.
En este punto, puede volver a su dieta y actividades normales. Sin embargo, es importante seguir manteniendo una buena higiene bucal y evitar actividades que puedan dañar la zona injertada, como masticar alimentos duros o rechinar los dientes (bruxismo).
En algunos casos, puede ser necesaria una segunda intervención quirúrgica para colocar implantes dentales o para mejorar aún más la estructura y función de la mandíbula. Su dentista o cirujano le proporcionará más información sobre los plazos específicos del procedimiento de injerto óseo y la recuperación.
En general, la recuperación de un injerto óseo en la boca puede ser un proceso largo, pero la mayoría de los pacientes son capaces de volver a sus actividades normales y disfrutar de los beneficios de una mandíbula sana y funcional.
En muchos casos la tasa de rechazo de un injerto de hueso en la boca es inferior al 20% de los pacientes que se someten a la intervención. Una vez realizado el injerto de hueso en la boca, esté durará para todo la vida del paciente mientras se mantenga una buena salud oral de la boca.
Referencias
- Kumar, Prasanna, Belliappa Vinitha, and Ghousia Fathima. «Bone grafts in dentistry.» Journal of pharmacy & bioallied sciences 5.Suppl 1 (2013): S125.
- Zhao, Rusin, et al. «Bone grafts and substitutes in dentistry: A review of current trends and developments.» Molecules 26.10 (2021): 3007.
- Gross, J. S. «Bone grafting materials for dental applications: a practical guide.» Compendium of continuing education in dentistry (Jamesburg, NJ: 1995) 18.10 (1997): 1013-8.
- Listrom, R. D., and J. M. Symington. «Osseointegrated dental implants in conjunction with bone grafts.» International Journal of Oral and Maxillofacial Surgery 17.2 (1988): 116-118.