Consejos para recuperarse de la extracción de una muela

La extracción de una muela, o la extracción de un diente, es un procedimiento relativamente común para los adultos, aunque sus dientes están destinados a ser permanentes.
En muchas ocasiones, esta opción es la única viable para garantizar la buena salud de la boca.
Es muy común que por falta de espacio, nos tengan que extraer las muelas del juicio. Las muelas del juicio son las últimas en salir de nuestras piezas dentales en la parte trasera de nuestra mandíbula.
Suelen aparecer al cumplir 20 años de edad, aunque no siempre salen al alcanzar esta edad. En ocasiones puede ser antes o después de cumplir estos años cuando las muelas del juicio impactan en nuestra dentadura.
Estas son algunas de las razones por las que alguien puede necesitar que le extraigan un diente:
- Infección (flemón) o caries en los dientes. Sobre todo si es es un estado muy avanzado.
- Enfermedad de las encías.
- Daños por traumatismo o golpes.
- Dientes apiñados o por falta de espacio.
Cómo se realiza una extracción de una muela
Esta intervención es llevada a cabo por tu dentista o un cirujano oral.
Durante el procedimiento, el dentista le inyecta un anestésico local para adormecer el área y evitar que experimentes dolor, aunque seguirás consciente en todo momento.
Es posible, que tenga que realizar varias veces la inyección de la anestesia en distintas áreas. Generalmente se suele utilizar mepivacaína, un anestésico de duración media.
Si es un niño el paciente, o te tienen que extraer más de un diente, el cirujano puede optar por usar un anestésico general o incluso sedación consciente. Para esto, necesitará un anestesista titulado responsable de la sedación.
Esta opción es utilizada en personas que tienen pánico a la intervención o que necesitan retirar más piezas dentales. Este tipo de anestesia, puede encarecer el precio del tratamiento aumentando su coste.
Para una extracción simple, el dentista usa un dispositivo llamado elevador para mover el diente hacia adelante y hacia atrás hasta que se afloja. Luego extraerá el diente con unas pinzas dentales de extracción, muy parecidas a unas tenazas o alicates.
Si te van a extraer un molar o si el diente está impactado (lo que significa que se encuentra debajo de las encías), es posible que sea necesario realizar una extracción quirúrgica.
En estos casos, el cirujano hace una incisión para cortar la encía y el tejido óseo que cubre el diente. Luego, con unas pinzas, moverá el diente hacia adelante y hacia atrás hasta que se desprenda.
Si el diente es especialmente difícil de extraer, se quitarán partes del diente. Es probable que las extracciones quirúrgicas más complejas se realicen con anestesia general.
Una vez que se extrae el diente, generalmente se forma un coágulo de sangre en la cavidad. Tu dentista o cirujano oral taponará con una gasa para detener el sangrado. En algunos casos, también son necesarios algunos puntos, pero esto depende de la posición y el tipo de intervención.
Cuidados posteriores a la extracción de un diente
Aunque el cuidado posterior puede diferir según el tipo de extracción y la ubicación de su diente, generalmente puede esperar que sane en cuestión de 7 a 10 días.
Es importante hacer todo lo posible para mantener el coágulo de sangre en su lugar en la cavidad del diente. Desalojarlo puede causar lo que se llama alveolitis seca, que puede ser dolorosa.
Inmediatamente después de la intervención
Si continuamos sangrando, debemos reemplazar la gasa por una nueva cada 30 minutos presionando con la mordida de la boca. Lo ideal es no mantener más de 2 horas las gasa.
Ten cuidado al retirar la gasa o cambiarla de no retirar el coágulo.
Durante las primeras 24 horas
Intenta no escupir, evita beber con pajita, ni enjuagarte con fuerza excesiva. Eso puede hacer que el coágulo desaparezca y empieces a sangrar de nuevo.
No es recomendable cepillarse los dientes, pueden ocasionar lesiones en el área de la intervención así como eliminar el coágulo. No debes tocar con la lengua o los dedos la zona.
Evita inclinar la cabeza y agacharte, estas posiciones pueden favorecer el sangrado y que haya una hemorragia nueva. Se recomienda que evites practicar deporte o cualquier tipo de ejercicio físico. El descanso debe ser primordial.
Por supuesto no debes fumar (la nicotina infiere en los vasos sanguíneos) ni beber alcohol. No son buenas combinaciones para mantener a raya la hemorragia.
Los alimentos calientes no son recomendables, ya que que el calor dilata los vasos sanguíneos y pueden generar de nuevo sangrado.
Solamente toma antibióticos si nuestro facultativo nos ha recetado la toma de los mismos y durante el período que nos describe
Qué alimentos puede comer después de la extracción de una muela o diente: el helado tu mejor compañero
Durante el proceso de curación, se recomienda comer alimentos blandos como:
- Yogures
- Batidos
- Cremas frías
- Gazpacho
- Tortilla francesa
- Zumos
Un alimento que puede ayudarte mucho es el helado. Su baja temperatura y su textura casi líquida puede ayudarnos a para el sangrado y aliviar la inflamación.
Puedes agregar batidos a tu dieta, pero debes comerlos con cuchara. A medida que el sitio de extracción sane, podrá incorporar más alimentos sólidos a tu dieta, pero se recomienda continuar con esta dieta de alimentos blandos durante una semana después de la extracción.
Cómo controlar el dolor después de la extracción de una muela o diente
Lo más seguro es que sientas algunas molestias, inflamación o dolor después de la extracción. También es normal ver algo de hinchazón en la cara.
Los analgésicos ayudarán a reducir estos síntomas. Ibuprofeno, paracetamol o metamizol pueden ayudarte a reducir el dolor.
Puede aplicar hielo en bolsa o envuelto en un paño en la cara, coincidiendo con el área en el que se ha realizado la extracción. Aplícalo durante 10 o 15 minutos con un descanso de 30 minutos entre intervalos.
Si el malestar no desaparece en dos o tres días después de la extracción, debes contactar con tu dentista. Si el dolor empeora según pase los días, deberemos contactar con la clínica dental para descartar una infección.
Generalmente aparece malestar y fiebre si existe sepsis.
Enjuagarte con agua con sal durante la cicatrización de la extracción de una muela o diente puede ayudarte
Pasadas 24 horas tras sacar una muela, es muy útil realizar enjuagues de agua con sal regularmente. El agua con sal se convierte en cloruro de sodio, y mediante osmosis va a ayudar a eliminar las bacterias depositadas en la cavidad, favoreciendo la cicatrización.
Después de un período de curación de una a dos semanas, lo más probable es que puedas volver a una dieta normal. También crecerá de nuevo el hueso y el tejido de las encías sobre el sitio de extracción.
Sin embargo, la falta de un diente puede hacer que los dientes se muevan, afectando su mordida si no se atiende en un plazo razonable.
Es posible que quieras preguntar a tu dentista sobre la sustitución del diente extraído para evitar que esto suceda. Esto se puede hacer con un implante dental, un puente fijo o una dentadura postiza.
Normalmente para una nueva intervención de implantes dentales o un puente fijo con sujeción a la encía, se necesitará de 2 a 3 meses de curación tras la extracción del diente.
También el implantólogo, tendrá que validar si somos aptos para poder realizar esta intervención con garantías plenas.
Recuerda que seguir las instrucciones de tu cirujano bucal tras la intervención quirúrgica puede ayudarte a una recuperación más rápida tras la extracción de una muela.