Por qué no puedes dejar de fumar | TE LO EXPLICO
El hábito de fumar es uno de los más difíciles de erradicar. Esto se debe en gran medida a la naturaleza adictiva de la nicotina, un componente central del tabaco. En este artículo, vamos a desglosar el proceso que hace que dejar de fumar sea tan desafiante y proporcionaremos una visión más profunda sobre por qué la nicotina es tan adictiva.

¿Qué es la Nicotina y por qué es adictiva?
La nicotina es un compuesto químico que se encuentra en la planta del tabaco. Se acumula principalmente en sus hojas, actuando como un escudo natural contra los insectos herbívoros. Su efectividad como insecticida es tan grande que incluso se han desarrollado versiones sintéticas, los neonicotinoides, para uso agrícola.
La nicotina es una sustancia venenosa, con una toxicidad comparable a la de la estricnina y tres veces más letal que el arsénico. Pero, ¿Cómo una sustancia tan tóxica puede ser tan adictiva para los humanos?
La respuesta radica en la similitud química que la nicotina comparte con uno de los neurotransmisores más importantes en nuestro cuerpo: la acetilcolina. Los neurotransmisores son compuestos químicos que transmiten señales entre las terminaciones nerviosas del cerebro. La acetilcolina, en particular, es responsable de liberar más de 200 productos químicos en el cerebro, siendo el más importante la dopamina, conocida como el neurotransmisor de la motivación.
La Dopamina y la Adicción
La dopamina es el neurotransmisor que está detrás de muchas formas de adicción, incluyendo la nicotina. Cuando liberamos dopamina en nuestro cerebro, experimentamos una sensación de alegría y satisfacción. Esta gratificación es tan placentera que nos anima a repetir el comportamiento que la causó. Esta es la razón por la que nos gusta comer, jugar y buscar la aprobación y compañía de los demás.
El problema surge cuando la nicotina, debido a su similitud con la acetilcolina, logra reemplazarla cuando entra en nuestro cerebro. Esto activa las neuronas responsables de la liberación de la dopamina, lo que resulta en una sensación de bienestar tras fumar. Esta sensación de placer se asocia con el acto de fumar, creando un ciclo de recompensa que nos lleva a fumar de nuevo.
El Ciclo de la Adicción
Con el tiempo, las áreas del cerebro que responden a la dopamina pueden volverse menos sensibles cuando se sobreestimulan. Esto significa que para experimentar la misma intensidad de placer, necesitamos liberar más dopamina, lo que a su vez se logra consumiendo más nicotina. Este es el círculo vicioso de la adicción que nos empuja a consumir la sustancia psicoactiva con frecuencia y en cantidades cada vez mayores.
Dejar de fumar puede parecer una tarea monumental a nivel bioquímico. Para el cerebro de un fumador habitual, dejar de fumar puede ser comparable a morir de hambre. Pero, a pesar de las dificultades, es posible superar la adicción.
Superar la Adicción a la Nicotina
Después de sólo 72 horas desde que dejamos de fumar, nuestro cuerpo se libera del rastro de nicotina. Lo que queda es el condicionamiento que la adicción ha creado. Los primeros días sin nicotina pueden ser desafiantes, pero cada día que pasa hace que sea más fácil resistir el impulso de fumar.
A pesar de los avances, debemos recordar que el condicionamiento de la nicotina puede durar años y que incluso un solo cigarrillo puede ser suficiente para reactivar el ciclo de recompensa. Por lo tanto, la manera más efectiva de dejar de fumar es dejar de hacerlo para siempre. Esto implica no fumar nunca más, ni siquiera una calada.
Dejar de fumar es un desafío enorme, pero es posible superar la adicción. Entender cómo funciona la adicción a la nicotina es el primer paso para superarla. No olvides que cada día que pasa sin tomar nicotina es un paso hacia la libertad de la esclavitud de la nicotina. La perseverancia y el compromiso son fundamentales para superar la adicción y mantenerse libre de ella para siempre.
Cómo afecta el tabaco a la salud oral
El consumo de tabaco, ya sea a través del cigarrillo, el tabaco sin humo, el tabaco de pipa o el tabaco de mascar, puede causar numerosos problemas de salud oral. Aquí enumeramos algunos de los más relevantes:
- Enfermedad de las encías o periodontitis: La nicotina reduce el flujo de sangre a las encías, lo que puede causar enfermedades de las encías. Las enfermedades de las encías son una infección de los tejidos que sostienen los dientes. El tabaco puede hacer que los tratamientos para estas enfermedades sean menos efectivos.
- Cáncer oral: Fumar tabaco aumenta significativamente el riesgo de cáncer en la boca y la garganta, incluso en la laringe y el esófago. De hecho, los fumadores tienen seis veces más probabilidades que los no fumadores de desarrollar estos tipos de cáncer.
- Mal aliento: El tabaco causa mal aliento crónico. La nicotina y las sustancias químicas presentes en el tabaco dejan un residuo que se adhiere a las encías, la lengua y los dientes, causando mal aliento.
- Manchas en los dientes: Los productos químicos en el tabaco pueden causar manchas amarillas o marrones en los dientes que son difíciles de eliminar con el cepillado regular.
- Pérdida de dientes: El tabaquismo está relacionado con un mayor riesgo de pérdida de dientes. Esto se debe en gran parte a otras condiciones asociadas con el tabaquismo, como la enfermedad de las encías.
- Disminución del sentido del gusto y del olfato: Fumar puede disminuir la capacidad de saborear y oler las cosas correctamente, lo que puede llevar a una ingesta excesiva de sal y azúcar para compensar la falta de sabor, lo que puede causar otros problemas de salud.
- Retraso en la curación después de la cirugía oral: El tabaco puede retrasar el proceso de curación después de intervenciones dentales como extracciones, cirugías periodontales o implantología. Esto aumenta el riesgo de infecciones postoperatorias y complicaciones.
El mejor camino a seguir para prevenir estos problemas es dejar de fumar. Existen múltiples recursos disponibles, incluyendo programas de cesación del tabaco y tratamientos farmacológicos, que pueden ayudar a las personas a dejar de fumar y mejorar su salud oral y general.
Referencias
- Hatsukami, Dorothy K., Lindsay F. Stead, and Prakash C. Gupta. «Tobacco addiction.» The Lancet 371.9629 (2008): 2027-2038.
- Stolerman, Ian P., and Mohammed Shoaib. «The neurobiology of tobacco addiction.» Trends in Pharmacological Sciences 12 (1991): 467-473.
- Sham, A. S. K., et al. «The effects of tobacco use on oral health.» Hong Kong Medical Journal (2003).