Perlas de epstein en las bocas de bebés
Al menos 4 de cada 5 recién nacidos desarrollan unos pequeños quistes blanquecinos en sus encías. Y, aunque para muchos padres suele ser un motivo de preocupación, lo cierto es que las perlas de epstein son más inofensivas de lo que parece. A continuación, todo lo que debes saber al respecto sobre sus causas, síntomas, diagnóstico y lo que debes hacer por tu bebé.
¿Qué son las perlas de epstein?
Las perlas de epstein se pueden definir como unas pequeñas protuberancias blanquecinas que aparecen por debajo de la piel, en las encías o paladar de los recién nacidos. Usualmente, su aspecto es muy similar a cuando aparecen los primeros dientes de leche, incluso, pueden causar mucha confusión, ya que son firmes al tacto, al igual que los dientes.
Sin embargo, en cuanto a su apariencia, miden tan solo unos milímetros de diámetro, además, puede aparecer desde solo una o hasta un grupo de seis. Por lo general, la cantidad y ubicación es un factor aleatorio, lo que además no se considera un factor de riesgo. De hecho, su aparición es distinta de un bebé a otro y en ningún caso se considera más grave o más leve que otro.
De hecho, la buena noticia es que las perlas de epstein son pequeños quistes benignos, que no deben suponer ningún tipo de alarma para los padres. Pues bien, en sí mismas no generan ningún tipo de síntoma o molestia. Además, tampoco son una manifestación de algún otro problema de salud. Ni, mucho menos, evolucionan como un quiste maligno.
Causas de las perlas de epstein
Se estima que las perlas de epstein aparecen en al menos un 80% de los recién nacidos, específicamente, antes de cumplir los 3 meses de edad. Por su parte, se conoce que son causadas por una acumulación de queratina en los paladares blando y duro.
Ahora bien, en lo que respecta a la queratina, es importante saber que se trata del material del cual están hechas las uñas y el cabello. Por lo que se considera una acumulación totalmente inofensiva.
Entonces, la causa de las perlas de epstein radica en que esta clase de tejidos pueden quedar atrapados cuando se desarrolla el paladar durante la gestación del bebé, específicamente, en el primer trimestre del embarazo. Por este motivo, aparecen por debajo de la piel después del nacimiento.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que las perlas de epstein no son prevenibles, es decir, que su aparición no está relacionada con las condiciones del embarazo.
Síntomas de las perlas de epstein
Es preciso tener en cuenta que las perlas de epstein son asintomáticas, es decir, no representan ningún tipo de problema para el bebé, especialmente, durante su alimentación o para su bienestar en general. Por otro lado, es de gran importancia que los padres puedan identificarlas fácilmente, para ello, las señales más comunes son:
- Las perlas de epstein únicamente van a aparecer en la línea de la encía o en el paladar
- Son pequeñas protuberancias que se mostrarán de color blanco o amarillento
- Por lo general, miden desde un milímetro o hasta tres milímetros de diámetro
- Al tocarlos, son completamente firmes
- Igualmente, los padres podrán notar que tocarlos no representa ninguna molestia para el bebé, ya que son indoloros.
¿Cuándo se debe contactar al médico?
Dado que las perlas de epstein son asintomáticas, si el bebé comienza a presentar algún otro síntoma, es recomendable consultarlo con un especialista.
Por su parte, para el diagnóstico no se requiere algún tipo de prueba especial. De hecho, lo primero que hará el médico es realizar un examen de exploración física a la boca del bebé. De esta manera, descartar que efectivamente no se trata de otra afección, ya que también se podría confundir con:
- Candidiasis oral: Por lo general se manifiesta con la aparición de manchas o protuberancias blancas en los labios, mejillas o lengua.
- Enfermedad de manos, pies y boca: En este caso, aparecen llagas con ampollas en la boca.
- Dientes natales: Se trata de una condición rara en la cual el bebé tiene sus dientes reales desde el nacimiento.
Pronóstico de las perlas de epstein
Para tranquilidad de los padres, las perlas de epstein suelen desaparecer por sí solas. Por lo general, esto ocurre en las próximas semanas o, en algunos casos, suele tardar hasta 3 meses. Se conoce que desaparecen al romperse o desvanecerse, ya que liberan la queratina acumulada.
Entonces, teniendo en cuenta que eventualmente se romperán, es importante que no se trate de adelantarse a este hecho. Entre las consecuencias de romper las perlas de epstein se encuentra irritación, dolor, inflamación y posible infección, puesto que las bacterias podrían tener acceso al torrente sanguíneo del bebé.
De hecho, el médico no va a sugerir quitarlas, puesto que esto supone exponer al bebé a una incomodidad innecesaria. Pues bien, las perlas de epstein no interferirá, de ninguna manera, en la alimentación o correcto desarrollo del bebé. En este sentido, conviene esperar que desaparezcan por sí solas.
Para ello, la fricción de la lactancia, el biberón o el chupete suele ser suficiente para que las perlas de epstein se disuelvan poco a poco. Todo esto sin causar ninguna molestia para el bebé.
Por otro lado, solo en muy pocos casos, las perlas de epstein suelen mantenerse por varios meses en la boca del bebé. Se trata de un hecho extraño que no ocurre con frecuencia, sin embargo, en este caso es posible que se deba recurrir a una intervención quirúrgica para extraerlas.
De cualquier forma, es importante acudir al médico especialista en el caso de que las perlas de epstein no hayan desaparecido por sí solas luego de varios meses.
Diferencias entre las Perlas de Epstein y los Nódulos de Bohn
Usualmente, las perlas de epstein son confundidas con los nódulos de bohn. Por su parte, igualmente son pequeños quistes que están compuestos de queratina y no suele superar los 3 milímetros de diámetro. Sin embargo, algunas de sus diferencias son:
- Principalmente, la ubicación es lo que permite diferenciarlos. Por ejemplo, las perlas de Epstein aparecen únicamente a lo largo del rafe palatino medio, es decir, en el centro del paladar.
- Por otro lado, la textura de los nódulos de bohn puede ser dura o semidura, lo cual es otra diferencia considerable con relación a las perlas de epstein, ya que estas son totalmente firmes al tacto.
- Al mismo tiempo, se pueden diferenciar gracias a su tamaño, ya que por lo general, las perlas de epstein suelen superar a los nódulos de bohn.
- Finalmente, se considera que las perlas de epstein son menos comunes que los nódulos de bohn.
Ahora bien, en ambos casos se trata de pequeños quistes totalmente inofensivos que no representan ningún riesgo. Igualmente, desaparecerán por sí solos, sin la necesidad de algún tipo de tratamiento en específico.
De cualquier forma, es preciso acudir en primer lugar al pediatra ante cualquier duda relacionada con la salud del bebé. Este especialista se encargará de evaluar la historia clínica y cada caso en específico, por lo que su acompañamiento es de vital importancia para los padres, incluso, en estos casos donde se trata de una afección inofensiva para el bebé.