Gripe A y B o Influenza (Ortomixovirus): H5N1, H1N1, síntomas de la gripe y prevención
La gripe, también conocida como influenza, es una infección respiratoria aguda causada por los virus de la gripe A, B y C. Este artículo proporcionará una visión en profundidad de los virus de la gripe A y B, responsables de enfermedades significativas en humanos.

¿Qué son los virus de la gripe A y B?
Los virus de la gripe A y B son miembros de la familia de los Ortomixovirus. Son virus ARN segmentados de sentido negativo, con una envoltura que protege su material genético. La segmentación de este ARN favorece la aparición de nuevas cepas mediante mutaciones, lo que contribuye a las epidemias anuales de gripe.
El Genoma del Virus
El genoma del virus de la gripe B consta de ocho segmentos de núcleocápside helicoidal, cada uno de los cuales es diferente. Esta diversidad genética es un factor importante en la capacidad del virus para mutar y causar nuevas cepas de enfermedad.
Proteínas del Virus
La envoltura del virus contiene dos tipos de proteínas, la hemaglutinina y la neuraminidasa. La hemaglutinina se une al ácido siálico de los receptores de la superficie de las células epiteliales y estimula la fusión de la envoltura viral con la membrana celular. Por otro lado, la neuraminidasa tiene una actividad enzimática que desplaza el ácido siálico de las proteínas del grupo, permitiendo que las nuevas partículas virales se liberen de la célula infectada.
¿Cuál es la más peligrosa?
Ambos tipos de gripe, A y B, pueden ser perjudiciales para la salud, pero cada uno tiene sus propias características que pueden influir en su nivel de riesgo.
La gripe A es conocida por ser más peligrosa debido a su capacidad de mutar rápidamente, lo que le permite crear nuevas cepas para las que la población puede no tener inmunidad. Esta es la razón por la que las pandemias de gripe suelen estar causadas por el virus de la gripe A. Entre las pandemias más notables se encuentran la gripe española (H1N1) en 1918, la gripe asiática (H2N2) en 1957, la gripe de Hong Kong (H3N2) en 1968 y la más reciente pandemia de gripe porcina (H1N1) en 2009.
Por otro lado, la gripe B, aunque es menos común que la gripe A, también puede ser grave. Aunque este tipo de gripe no causa pandemias debido a su menor capacidad de mutación y por ser exclusivamente de origen humano, puede causar epidemias y suele ser la causa de los brotes de gripe estacionales. Es importante mencionar que la gripe B puede ser especialmente peligrosa para los individuos que están en grupos de riesgo, como los niños y los ancianos.
En última instancia, la gravedad de cualquier tipo de gripe depende de varios factores, incluyendo la cepa específica del virus, la salud del individuo infectado, y si el individuo ha sido vacunado o no. Por lo tanto, es esencial seguir las recomendaciones de los expertos en salud para prevenir y tratar la gripe, ya sea tipo A o B. Esto incluye la vacunación anual, especialmente para aquellos en grupos de alto riesgo.
¿Cómo infectan los virus de la gripe A y B?
Los virus de la gripe A y B desencadenan inicialmente una infección local en las vías respiratorias superiores. Afectan y destruyen las células que producen moco, eliminando así la primera barrera de defensa. Si el virus llega a las vías respiratorias inferiores, puede provocar una descamación grave del epitelio bronquial.
La infección por los virus de la gripe desencadena una respuesta inflamatoria en las células de la mucosa. Los principales participantes en esta respuesta son los monocitos y linfocitos, junto con el interferón y algunas citoquinas. Estos componentes son responsables del síndrome gripal, que se manifiesta como fiebre, cefalea, mialgias y malestar general.
Síntomas de la Gripe
Los signos y síntomas típicos de la gripe incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general. Otros síntomas pueden incluir eritema de las mucosas, pérdida de apetito y tos no productiva. La fiebre suele persistir entre 3 y 8 días, y el período de recuperación es generalmente de 7 a 10 días.
Las complicaciones de la gripe pueden incluir neumonía bacteriana, miositis (inflamación de los músculos) y el síndrome de Reye, una encefalitis aguda que puede afectar a los niños que han tenido infecciones virales febriles agudas.
Diagnóstico y Tratamiento de la Gripe
El diagnóstico de la gripe suele basarse en los síntomas característicos, la estación del año y los datos epidemiológicos. Si se necesita distinguir entre los tipos A y B de la gripe, se puede utilizar la PCR en tiempo real en secreciones respiratorias.
El tratamiento de la gripe suele ser sintomático, basado en paracetamol y antihistamínicos. En casos graves, se pueden administrar medicamentos antivirales como zanamivir y oseltamivir, que actúan inhibiendo la neuraminidasa, una enzima clave para la liberación del virus de las células infectadas.
Prevención de la Gripe
La mejor forma de controlar el virus de la gripe es mediante la vacunación. La vacuna se compone de una mezcla de proteínas H y N purificadas de tres cepas distintas de virus. La vacunación se recomienda especialmente para personas mayores de 50 años, personal sanitario, mujeres embarazadas en el segundo y tercer trimestre y personas con enfermedades pulmonares y cardíacas crónicas.
Las personas alérgicas al huevo pueden recibir la vacuna contra el virus de la gripe, aunque deberán ser vacunadas en un centro autorizado y bajo la supervisión de personal capacitado para actuar en caso de reacciones alérgicas graves.
La gripe es una enfermedad con una gran capacidad para cambiar y adaptarse, lo que garantiza la presencia constante de personas vulnerables a la infección, especialmente los niños. Es por ello que la prevención, a través de la vacunación y el mantenimiento de buenas prácticas de higiene, es fundamental para proteger a la población.
Época e incidencia de la gripe
La gripe, o influenza, es una infección viral que puede ocurrir en cualquier momento del año, pero es más común durante la temporada de gripe, que normalmente ocurre durante los meses más fríos. Esto varía dependiendo de la ubicación geográfica.
- En regiones templadas, como Europa, América del Norte y parte de Asia, la temporada de gripe suele ocurrir en los meses de invierno. Esto significa que los brotes de gripe suelen comenzar a aumentar alrededor de octubre, alcanzan su punto máximo entre diciembre y febrero, y pueden durar hasta la primavera.
- En las regiones tropicales, los patrones pueden ser menos predecibles. Algunos lugares experimentan actividad gripal durante todo el año, mientras que otros ven picos durante la estación de lluvias.
Se cree que hay varias razones para esta estacionalidad de la gripe:
- Condiciones Ambientales: Durante los meses más fríos, el aire seco y frío puede ayudar a que los virus de la gripe sobrevivan y se transmitan más fácilmente. Además, las personas tienden a pasar más tiempo en interiores durante el invierno, lo que puede facilitar la transmisión del virus en espacios cerrados.
- Respuesta Inmunológica: Algunos estudios sugieren que la respuesta inmunológica del cuerpo puede ser menos efectiva en climas más fríos, lo que podría facilitar la infección por el virus de la gripe.
- Comportamiento Social: Durante los meses de invierno, especialmente durante las vacaciones, las personas tienden a agruparse más, lo que puede facilitar la transmisión del virus.
Referencias
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