Enfermedad del beso: mononucleosis infecciosa, síntomas, causas, tratamiento
¿Has oído hablar de la calentura ganglionar?, hoy lo descubrirás todo, porque guarda relación con la enfermedad del beso: mononucleosis infecciosa, síntomas, causas, tratamiento. Sabrás por qué lleva este curioso nombre. Seguramente ya tienes una idea de qué se trata, en efecto, se transmite a través de la saliva, pero sigue leyendo y descubre todo al respecto.

¿Qué es exactamente la enfermedad del beso?
El nombre científico de la enfermedad del beso es mononucleosis infecciosa, aunque suele conocerse con otros seudónimos, como de enamorados o fiebre ganglionar. En cualquier caso, indistintamente de su nombre, se trata del virus de Ebstein-Barr.
Su solo nombre pierde encanto, aunque suele ser una enfermedad benigna que se cura por sí misma. No obstante, puede complicarse cuando atiende a otro tipo de gérmenes, como el citomegalovirus y toxoplasma, con síntomas muy similares, pasando a llamarse síndrome mononucleósico o mononucleosis infecciosa.
Por ello, la mononucleosis infecciosa se le conoce igualmente en el argot popular como la enfermedad del beso. ¿Por qué recibe este nombre?, por su forma de transmisión que es la saliva, cuya población vulnerable son los niños en los juegos compartidos y besos. Aunque puede presentarse también en adolescentes y adultos jóvenes, incluso en adultos, pero en menor proporción.
Por su parte, el virus de Epstein Barr es el agente patógeno más habitual de contagio de la mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso, cuyas consecuencias inmediatas, además de la infección, es fiebre aguda.
Cuando se trata de personas inmunodeprimidas por inmunodeficiencia celular previa, trasplantados de médula ósea, y órganos sólidos, el virus puede desencadenar las condiciones necesarias para tumoraciones Burkitt, (sobre todo en regiones endémicas de paludismo), así como otros síndromes linfoproliferativos, como los linfomas tipo B.
Causas de la enfermedad del beso o mononucleosis infecciosa
Como bien se indicó, la enfermedad del beso es viral, y la produce un virus emparentado del herpes-viridae denominado virus de Epstein-Barr, cuya cepa está disipada por todo el planeta.
Como es de suponer, el medio de transmisión es básicamente por fluidos orales, especialmente la saliva, por lo que circula con los besos u otras acciones que conlleven a intercambio salival. Por tanto, es frecuente por contacto directo y estrecho, en vista de su escasa contagiosidad.
Una vez la persona se contagia con la enfermedad del beso o mononucleosis, se elimina del organismo después de 1 ½ de la infección inicial, seguido de una eliminación intermitentemente vitalicia (si no existe ninguna enfermedad clínica subyacente). Es muy raro su contagio por transfusión clínica.
¿Quién es más vulnerable a padecer la enfermedad del beso?
Los principales candidatos para padecer o contagiarse de la enfermedad del beso, son los niños en edad escolar, igual riesgo está latente en la población juvenil y primera juventud, en menor proporción en personas adultas.
Igualmente, es poco habitual que niños en edad de educación inicial o preescolar se contagien de la enfermedad del beso (casi siempre este tipo de infección es asintomática), muy raro durante el primer año de vida. Los estudios indican que tiene mayor prevalencia entre los 4 y 12 años de edad de los pequeños.
Enfermedad del beso: síntomas de la mononucleosis infecciosa
En cuanto a los primeros síntomas de la enfermedad del beso o mononucleosis suele presentarse de manera progresiva. Durante los días iniciales y según sus características se confunden con amigdalitis, porque hay presencia de anginas, fiebre, dolor de garganta y crecimiento de las amígdalas.
Sin embargo, hay que tener presente que la enfermedad del beso, por tratarse de un virus, no mejora con antibióticos. Incluso, cuando se trata con amoxicilina como si se tratara de una amigdalitis bacteriana, pueden aparecer puntos rojizos en la piel en forma de exantema.
La enfermedad del beso se incuba progresivamente durante 10 a 50 días sin síntomas. A se suman 7 a 14 días de malestar general con dolores de cabeza, inapetencia, dolores abdominales, acompañado de los siguientes:
- Sensación de fatiga, cansancio o astenia.
- Somnolencia.
- Mialgias.
- Vómitos
- Dolor agudo de garganta.
- Fiebre.
- Rigidez en cuello y dolores musculares.
- Inflamación de las amígdalas, con presencia de placas amarillentas.
- Alteración del bazo e hígado.
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y de las axilas.
- Erupción cutánea similar al sarampión.
- Tos.
- Dolor en el tórax.
- Urticaria.
- Ictericia o piel amarillenta.
- Dificultad para respirar.
- Sangrado nasal.
- Fotofobia o molestias ante la luz.
- Otros problemas serios son menos frecuentes.
Cabe destacar, que en buena parte de los casos, se presenta una mejoría entre 2 a 4 semanas, aunque las molestias pueden persistir algunos meses, especialmente la sensación de cansancio o fatiga.
Diagnóstico de la enfermedad del beso o mononucleosis infecciosa
A través de un estudio sanguíneo se puede diagnosticar la enfermedad del beso o de la mononucleosis infecciosa. Igualmente, se lleva a cabo a través del análisis clínico al disponer de los resultados de sangre, donde se evidencia un alza inusual de los leucocitos (células blancas), algo común en la linfocitosis, así como predominio de linfocitos atípicos.
La enfermedad del beso cuenta con elevación moderada en los valores normales de transaminasas en el 50% de los casos. Su diagnóstico se puede determinar con el análisis serológico, donde se evidencian los anticuerpos (heterófilos), al tiempo de indicar un estudio de anticuerpos específicos para descartar el virus del Epstein-Barr.
Todos estos estudios contribuyen efectivamente no solo al diagnóstico de la enfermedad del beso, sino que permiten diferenciarla de otras que pueden presentarse con síntomas clínicos similares, producto de otros agentes como: citomegalovirus, toxoplasma gondii, hepatitis, sida, u otros virus.
Complicaciones de la enfermedad del beso
La enfermedad del beso o mononucleosis infecciosa, generalmente no tiene complicaciones, salvo que la persona tenga una condición subyacente, pero al tratarse en su mayoría de niños, no suele haber mayores problemas.
- Eventualmente, los síntomas no pasan de las 2 o 4 semanas.
- La fiebre suele mantenerse durante 2 semanas o un poco más.
- La astenia o cansancio suele persistir algunas semanas, mientras que la esplenomegalia o bazo inflamado, hasta 3 meses.
Las complicaciones son poco frecuentes, en el peor de los casos, pueden aparecer las siguientes, salvo que evolucionen sin causar daños:
- De tipo neurológicas: meningitis, parálisis nerviosa craneal, encefalitis, etc.
- De tipo hematológicas: anemia hemolítica, trombopenia (baja de plaquetas), granulocitopenia (merma de células blancas).
- De tipo respiratorio: neumonía.
- Rotura de bazo: es grave pero inusual.
- De tipo hepática (ictericia), renales (glomerulonefritis) y genitales (orquitis).
Tratamiento de la enfermedad del beso
Por lo general, la enfermedad del beso solo requiere tratamiento genérico, antitérmicos y antiinflamatorios. Eventualmente, se puede recurrir a los glucocorticoides.
En caso de pacientes sobreinfectados con bacterias faringoamigdalar, se pueden indicar antibióticos que no sean ampicilina o amoxicilina, ya que causan exantemas o erupciones en la piel.
Igualmente, durante el reposo o los síntomas de la enfermedad del beso, no se puede hacer actividad física que represente riesgos de rotura esplénica.
Todo tratamiento se focaliza en mejorar los síntomas, incluyendo analgésicos y medicamentos para bajar la fiebre, tomar gárgaras tibias con sal, beber abundantes líquidos, y sobre todo, guardar reposo.
En caso de agudizarse el mal estado general, dolor abdominal severo, vómitos persistentes o presentar puntos rojos en la piel, es tiempo de recurrir al médico para su evaluación.
La enfermedad del beso puede volver
Cabe resaltar, que la enfermedad del beso o mononucleosis infecciosa, por tratarse de un virus, deja huellas en sangre de por vida, pero en forma de anticuerpos, así como sucede con la varicela.
Es decir, que una vez superada la enfermedad del beso, el cuerpo genera anticuerpos que combaten el virus, y actúa como coraza ante una nueva infección.