El zinc y su efecto en la boca
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Mucho se ha oído sobre la conveniencia de ingerir zinc para combatir y prevenir la gripe común. Esto ocurre desde que se publicara un análisis efectuado en 1984, donde se afirmaba que el suplemento de zinc impedía que las personas no se enfermaran tanto.
A partir de entonces, no han cesado las investigaciones en este campo, y cada cierto tiempo se publica algún tipo de material con diversos datos y opiniones acerca del zinc y la gripe. Pero además, el zinc es uno de los elementos que más beneficiosos aporta a la salud bucal.
Es ampliamente conocido lo crucial que es el flúor para los dientes, pese a ello, son muchas las personas que desconocen los innumerables beneficios que el zinc tiene que ofrecer a la salud bucodental.
Dentro de este compendio de investigaciones, también está claro cuál es el zinc y su efecto en la boca. Se le atribuye la propiedad de combatir la caries y la caída de los dientes, también muy útil para complementar restauraciones de las piezas dañadas por la caries. Esta condición se estima bajo el índice CPOD, valorado como un serio problema de salud pública en muchos de nuestros países de Latinoamérica.
Ciertamente, el zinc pertenece al grupo de minerales esenciales para el organismo, como coadyuvante en la regeneración de tejidos celulares, así como para sintetizar el ADN. Por tanto, su dosis correcta es vital para garantizar el normal crecimiento de los niños (y en el embarazo), al tiempo de sustituir células viejas por nuevas.
Interesante ¿Cierto?, pues sigue leyendo las líneas que proponemos en este post, donde podrás conocer de cerca los beneficios del zinc y su efecto en la boca, su definición, su mecanismo de acción, beneficios, y muchos otros datos que querrás saber.
¿Qué es el zinc?
El zinc es uno de los tantos minerales que son requeridos por el organismo humano, por tal razón, es un elemento necesario para la salud integral. Tiene presencia en las células del cuerpo, coadyuva y refuerza el sistema inmune en el combate de bacterias y virus que ingresan al cuerpo.
El organismo requiere disponer del suficiente zinc para la producción de proteínas y ADN, el componente genético presente en todas las células del cuerpo. Igualmente, durante el período de gestación, la infancia y la niñez se requiere la presencia de zinc, a fin de propiciar un adecuado crecimiento y desarrollo.
Este mineral además favorece el proceso de cicatrización de heridas y lesiones, además de potenciar los sentidos del gusto y olfato. Es multifuncional, pues es parte activa de muchas enzimas metabólicas de las grasas, proteínas e hidratos de carbono.
El zinc tiene un papel importante en la producción de hormonas como la testosterona, coadyuva en la salud de la piel, cabello y uñas. Se le denomina inteligentemente el elemento traza esencial, debido a la conveniencia de ingerir pequeñas dosis de zinc. Puesto que el cuerpo está inhabilitado para guardar tanto zinc, su consumo debe efectuarse regularmente en la dieta diaria.
Los alimentos ideales como fuente segura de zinc, son las carnes rojas, aves y pescados. Su ausencia puede conllevar a una baja estatura, problemas bucales, merma en la capacidad gustativa y un inadecuado funcionamiento de testículos y ovarios.
¿Cómo actúa el zinc en tu boca?
En el interior de la boca, el zinc se puede hallar en la saliva, placa dental así como en la hidroxiapatita del esmalte dental. Asimismo, es un coadyuvante en la formación de dientes saludables. De manera artificial se usa en enjuagues bucales y cremas de dientes, ello en razón de su valor para prevenir y mitigar la formación de placa y cálculo dental.
El zinc igualmente participa en la reducción de la molesta halitosis en boca. Su protagonismo se ha trasladado en la elaboración de productos biomateriales dentales y de ortodoncia, gracias a sus potentes propiedades en la mejora de la inmunidad, además de sus efectos en la división celular y desarrollo óseo.
Asimismo, de acuerdo a estudios clínicos llevados a cabo se ha comprobado que los iones de zinc bajan considerablemente el nivel de desmineralización del esmalte dentario. Pues los niveles de zinc en el esmalte puede moverse entre 430 y 2100 partes por millón (ppm), almacenándose básicamente previo al brote de la pieza dental.
Igualmente, es muy importante en el mantenimiento de la salud periodontal, en virtud de su efecto local e inmunitario sobre los tejidos bucales. Igual que lo hace con otros micronutrientes que forman parte de la categoría de minerales requeridos en cantidades menores a los 100 mg/día. Cuya cantidad de zinc diaria recomendada oscila los 2 y 13 mg/día, atendiendo a la fase vital y sexo del individuo, en todo caso, el tope de zinc sugerido es de 40 mg/día.
Ahora bien, aunque el zinc no es tan potente como el flúor cuando se trata de impulsar la fuerza del esmalte dental, ciertamente, si ayuda al cuerpo dental, garantizando el control del proceso de desmineralización de los dientes. Al tiempo de coadyuvar en la remineralización del diente.
En vista de este fenómeno, el riesgo de padecer caries se reduce de forma importante y notoria. Pero además, el zinc puede ayudar de forma eficiente, en la prevención de ciertas patologías frecuentes en las encías, incluyendo la gingivitis y demás problemas asociados.
Inclusive, con el fin de estimular las encías, los especialistas generalmente prescriben el uso de enjuagues bucales o pasta dental que contenga iones de zinc. No obstante, hay que considerar que para una óptima bucodental, lo ideal es ingerir agua fluorada acompañada de una crema dental con zinc.
Dentífricos con zinc
Desde el descubrimiento de la crema dental o pasta de dientes, siempre se buscan nuevas fórmulas y componentes para mejorar su efecto y promover una saludable higiene bucodental, por tanto su salud integral, reconociendo que es un elemento esencial para este fin.
De allí que hoy día se pueden encontrar en el comercio mundial cualquier cantidad de pastas dentales, que resulta difícil elegir cuál es la más conveniente para nosotros. No obstante, sabiendo lo que puede hacer el zinc y su efecto en la boca, sin duda facilita esta tarea.
Aunque lo ideal es seguir las sugerencias del odontólogo o médico familiar, pues es quien sabe la salud general de la persona, incluyendo el estado bucodental, pudiendo indicar el mejor producto para limpiar los dientes.
Cabe mencionar, que hasta tiempos recientes, las pastas dentales sólo ofrecían flúor, como el único componente capaz de prevenir la caries y preservar los dientes libre de bacterias.
Este contexto por fortuna ha cambiado, y hoy día hay diversos tipos de pasta dentífrica para tratar casi todo cualquier problema dental. Y obviamente, es más frecuente hallar texturas, sabores y fórmulas que incluyen el zinc, fosfato de calcio, flúor, entre otros.
Porque se debe reiterar, que de acuerdo a la composición o formulación de las cremas dentífricas, tendrán una función preventiva o terapéutica ideal para cada boca o dientes.
Por ejemplo, usar habitualmente un producto dental con flúor con 2% de citrato de zinc y 0,3% de triclosán se puede reducir en buena medida la placa bacteriana, comparativamente con una que tenga flúor en un 0,3%, triclosán/2%. En las siguientes líneas, se indican algunas pastas dentales y su función en distintas lesiones bucodentales que pueden prevenirse o tratarse:
Crema antisarro, se indica en la prevención y retardo del sarro, aunque no logra erradicar la placa si se ha endurecido. Su fórmula activa común es el Pirofosfato o Citrato de Zinc.
Pasta antiplaca, es ideal para combatir la acumulación de placa bacteriana, además de reducir los efectos tóxicos de la bacteriana del tejido dentario, logrando bajar la caries y el riesgo de sufrir lesiones periodontales. Tiene como componentes primarios Triclosán o Citrato de Zinc.
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