El tejido epitelial y los injertos en las cirugías bucales
Las nuevas prácticas bucodentales han evidenciado una acelerada evolución, lo que se ha logrado porque la odontología se acerca a diversos conceptos y métodos novedosos para restaurar daños en las estructuras dentales. Un caso específico es el tejido epitelial y los injertos en las cirugías bucales, que aportan una verdadera solución funcional y estética a la boca. Continúa leyendo y conoce sus novedades.
¿Qué es el tejido epitelial?
El tejido epitelial corresponde a estructuras disponibles en sus células. Como toda célula, está envuelta por membranas celulares. Este material epitelial cuenta 3 regiones o dominios que varían en su forma, cuya propiedad se denomina polaridad de la membrana:
- Apical.
- Lateral.
- Basal.
Por su parte, el epitelio representa uno de los 4 tipos de tejido epitelial del organismo y como otros se conforma por células que están bordeadas por una matriz extracelular (MEC). Su uso en la medicina clínica y reconstructiva bucal es amplio, especialmente, uno de ellos es para reparar las encías.
Las células epiteliales están encapsuladas con firmeza en el interior de una delgada MEC. De este modo, se forman placas que envuelven el cuerpo, tanto en su interior como externas (superficial) y órganos secretores (glandular).
Sus diversas funciones epiteliales se encargan de regular la secreción, proteger determinadas zonas, absorber, transportar y receptores sensoriales especiales.
¿Qué es la cirugía con tejido epitelial y los injertos bucales?
La cirugía con tejido epitelial se conoce en el ámbito odontológico como cirugía mucogingival. Se trata de un procedimiento quirúrgico periodontal correctivo en la reestructuración de anomalías morfológicas, posicionamiento y tamaño de la encía por diversas causas.
Una práctica muy generalizada para eliminar los frenillos o inserciones anómalas en esta delicada zona de la cavidad bucal. Se usa con otras técnicas bucales en inflamación o recesión gingival en áreas donde no existen o hay escaso material adherido, por problemas mucogingivales.
Las alteraciones mucogingivales tienen distintas fases, de acuerdo a la magnitud y gravedad del caso. En términos generales, se clasifican en 4 categorías a saber:
- Cuando la anomalía no sobresale de la línea de la encía, papilas y hueso interproximal.
- Cuando no es mayor a la línea gingival, papilas y hueso interproximal.
- Cuando existe pérdida de papilas y hueso interproximal coronal por recesión.
- Cuando hay pérdida papilar y el hueso interproximal, es igual o apical a la recesión gingival.
Cada clasificación se asocia a su vez a algunas limitaciones, puesto que no logra observarse la posición del diente con relación al hueso alveolar, cuando las dimensiones de la recesión son en sentido horizontal o en cuanto a la profundidad del vestíbulo.
En estos casos, los especialistas suelen indicar cirugía con tejido epitelial para subsanar el o los problemas mucogingivales, usando técnicas de injertos. Ello elimina casi en su totalidad la incomodidad que presenta el paciente cuando cepilla sus dientes, al masticar, rechazo al frío y calor, entre otras.
Se consigue además, restaurar las recesiones progresivas que afectan la estética. Y la cirugía puede conllevar a diversas técnicas quirúrgicas de recubrimiento con tejido epitelial radicular:
- En injertos pediculados por:
- Colgamientos rotados.
- Colgamientos graves o avanzados.
- También aplican injertos gingivales para:
- Encías sumergidas (injerto de tejido conectivo subepitelial).
- No sumergidas.
- Tratamientos aditivos.
Se aplica principalmente en la técnica de injerto gingival libre; su finalidad es ganar espacio de la encía adherida.
Los injertos epiteliales en las cirugías bucales
Para determinar la verdadera función de los injertos epiteliales, se debe comenzar por referir los implantes dentales. Un implante corresponde a una pieza en aloplástico que se inserta en el tejido bucal, para lo cual debe atravesar la mucosa o periostio. Su objetivo es aportar al hueso soporte y retención a la prótesis, fija o removible.
Este tipo de conexión entre la estructura funcional del hueso y el área del implante se conoce en el campo de cirugía bucodental como oseointegración. Una innovadora técnica de la ingeniería odontológica que representa uno de los avances más importantes de las últimas 3 décadas.
Ahora bien, el fin estético que se pretende aportar con la implantología dental, eventualmente no arroja los resultados deseados por el paciente, y esperados por el cirujano dental, especialmente debido a alguna insuficiencia ósea alveolar.
Esta realidad ha llevado a experimentar con diversas técnicas, que buscan aumentar el volumen del hueso antes de practicar la cirugía, que soportará los implantes dentales. Dentro de estas experiencias nace la propuesta de usar tejido epitelial, mostrando resultados clínicos importantes y duraderos.
Asimismo, en algunas situaciones especiales, se pueden conseguir resultados más estéticos, con la manipulación del tejido epitelial. Aumentando los tejidos blandos con cirugías mucogingivales.
¿Cuándo usar tejido epitelial e injertos en la cirugía bucal?
Por lo general, se opta por injertos de tejido epitelial u otros tejidos blandos en la cirugía bucal cuando se desea frenar o reparar la recesión ocurrida en las encías. Este tipo de anomalías tienen diversas causas:
- Enfermedades periodontales.
- Golpes o traumatismos graves.
- Envejecimiento.
- Mal cepillado, o en exceso.
- Mala posición dental.
Cualquiera de estas condiciones conlleva a una inevitable recesión o retracción en las encías. Y cuando es muy severa, la raíz del diente queda incluso visible.
En este caso, resulta molesto comer, cepillarse los dientes, presentar caries fácilmente, sin mencionar del efecto estético en la sonrisa. Estas condiciones suelen atenderse con mucho éxito, con injerto epitelial, y cubrir la parte expuesta de la raíz, además de aportar cuerpo y grosor al tejido existente en encías, al tiempo de frenar la pérdida de tejido.
A los fines de ilustrar este tema, cabe mencionar las 3 modalidades de injertos con tejidos blandos, incluyendo el epitelial como aliado de la cirugía dental actual:
Injerto gingival
Se procede a retirar una lámina de tejido epitelial del paladar, luego de lo cual se coloca y sutura en el área donde convenga el injerto. Funciona como una especie de cultivo, puesto que este injerto fomentará el desarrollo natural del tejido. Por ello, es el más usado en odontología, pues, además de su notable éxito, permite engrosar el tejido existente.
Injerto con tejido conectivo
Este tipo de injerto con tejido blando epitelial aplica para zonas más amplias o de mayor visibilidad de la raíz del diente. Se requiere entonces, el subepitelial para poder subsanar el problema.
Dicho tejido subepitelial se consigue en forma de un colgajo o tira extraída de la boca del paciente, para después suturarlo donde será injertado. Supone una solución muy frecuente para tratar las raíces expuestas.
Injerto pediculado
Por último, está el injerto epitelial pediculado, cuyo procedimiento implica compartir el tejido blando entre el área a tratar y la encía siguiente. Se procede a un corte parcial al colgajo del tejido epitelial seleccionado, para después moverlo de costado y cubrir la raíz del diente.
Este procedimiento o cirugía dental de injerto ha demostrado excelentes resultados, puesto que el tejido removido al área adyacente lleva consigo los vasos sanguíneos y estos se mantendrán en su lugar.
Principales beneficios del injerto epitelial en injertos dentales
El injerto de tejido epitelial se ha convertido en un tratamiento muy versátil, con diversas aplicaciones. Los resultados más recientes en la tecnología dental han evidenciado que es más predecible y menos invasivo. Además de otros beneficios relacionados:
- Aporta mayor comodidad cuando de cubrir raíces y encías se trata
- Mejor estética, al cubrir la encía mejora la sonrisa.
- Mejora la salud de las encías, el injerto detiene el deterioro de las encías, huesos y protege las raíces.