Desinfectar un cepillo de dientes con un portacepillos, mantén a raya a los microorganismos en tu boca
La elección de un cepillo manual muchas veces no es fácil, como usuarios de este instrumento de uso diario, muchas veces desconocemos cuales son las características que debe tener este instrumento de higiene diaria para nuestra boca.
Desinfectar un cepillo de dientes después de haber estado enfermo o por simple precaución, puede suponer un verdadero reto si no controlamos sobre la materia y cuidado del mismo.
Nos asaltan dudas sobre qué agentes químicos pueden ser utilizados en la desinfección del cepillo de dientes sin poner en peligro nuestra salud al utilizarlo en la boca.
En este artículo vamos a desvelarte las claves para comprar, utilizar y poder mantener un cepillo de dientes manual en las óptimas condiciones y sobre todo cómo desinfectar un cepillo de dientes.
Conociendo mejor al cepillo de dientes
El padre del cepillo de dientes moderno que utilizamos hoy en día data del s XV y fue creado en China, allí se utilizaba un instrumento de hueso o marfil con cerdas atadas a la empuñadura para limpiar los dientes.
Pronto, con las rutas de comercio hacia Asia, los viajeros europeos introdujeron este artículo de higiene en toda Europa. Durante el s XVIII se empezó a utilizar de forma generalizada e intentando mejorar el diseño y fabricación del mismo con la introducción de otro tipo de filamentos como crines de caballo.
La utilización de pelos de animales y otros elementos se irían añadiendo a estos rudimentarios modelos.
No obstante no fue hasta llegado el siglo XIX cuando Louis Pasteur acercó la realidad de los gérmenes a la comunidad científica. Rápidamente los odontólogos vieron en los cepillos de dientes y los materiales de los que estaban hechos, un reservorio de bacterias y gérmenes capaces de producir infecciones y hongos.
No sería hasta 1935 cuando los laboratorios Dupont crearán el primer cepillo de dientes con filamentos de nylon, creando un cepillo de dientes con filamentos más asépticos a la proliferación de bacterias.
No hace falta recordar, que ya per sé, en el interior de nuestra boca conviven cientos de microorganismos y bacterias conectadas entre sí, formando lo que conocemos como biofilm.
Desde entonces, aunque se han introducido notables mejoras en los materiales de los cepillos de dientes, como los cepillos de dientes de bambú o los eléctricos, el cepillo de dientes se debe cambiar cada dos meses o en caso de haber estado enfermo.
Como dato curioso, aproximadamente el mercado de cepillos de dientes manuales en España es igual a 36.000 millones de unidades vendidas anualmente según Nielsen. Esto se traduce que en un país como España con más de 46 millones de habitantes, tocamos 0,78 cepillos al año.
Es decir, hay una parte de españoles que no cambia o compra un cepillo de dientes manual las veces que debería corresponder al año.
También tenemos que tener en cuenta los usuarios que utilizan cepillo de dientes a batería, no obstante siguen siendo números de compra de cepillos de dientes muy bajos.
Cosas que tienes que tener en cuenta sobre tu cepillo de dientes
En ocasiones pensamos que unas características concretas son mejores que otras o que pueden ayudarnos a una limpieza mejor, pero no es así. Lee atentamente las siguientes recomendaciones.
- Tamaño del cabezal: No por ser grande es mejor. La gran mayoría de los profesionales dentales te recomendarán cepillos con cabezas medianas o pequeñas pues se adaptan mejor a los espacios de la boca.
- Dureza: No por ser más duros los filamentos limpian mejor, al revés, pueden ocasionar retracciones en las encías generando problemas mayores como la sensibilidad dental. Se recomienda usar un cepillo de dientes con dureza suave.
- Sustitución: Cada dos meses hay que cambiarlo. El cepillo de dientes puede ser un paraíso para microorganismos. Además del desgaste de sus filamentos y la pérdida de efectividad. Si hemos estado enfermos, debemos sustituir el cepillo.
- Almacenamiento: Si convivimos con más personas en casa, debemos guardar los cepillos de dientes de manera separada y a poder ser con su capucha o funda. Almacene un grupo de cepillos de dientes en un mismo vaso juntos, puede crear un foco de propagación de virus, infecciones u hongos.
Estableciendo un mínimo de pautas y cuidado, podemos hacer del cepillado diario de nuestros dientes, algo seguro.
Cómo desinfectar un cepillo de dientes y su mantenimiento
La recomendación principal en caso de que sospechamos que nuestro cepillo de dientes está contaminado es depositarlo en la basura. Cualquier cepillo de dientes que compremos en un supermercado o farmacia ya viene esterilizado y listo para su uso.
No obstante existen artículos para tu baño que te ayudan a organizar los cepillos de dientes de la gente que utiliza el mismo baño así como la distribución del dentífrico.
Los portacepillos se anclan en la pared del baño y se conectan a un enchufe. Disponen de una luz ultravioleta que esteriliza de forma permanente los cabezales de los cepillos de dientes para prevenir virus como puede ser el de la gripe o el Covid-19.
Además eliminan otros gérmenes causantes de infecciones en los dientes y encías incluso hongos.
Algo muy beneficioso de este tipo de desinfección del cepillo de dientes, es que se realiza sin ningún tipo de agente químico o bactericida que pueda ocasionar cualquier tipo de problema con nuestra salud.
Aquí puedes encontrar algunos modelos de porta cepillos esterilizadores del cepillo de dientes que funcionan muy bien y están recomendados para su uso.
Ahora ya conoces cómo desinfectar el cepillo de dientes de una manera segura y efectiva sin ningún agente químico. Los portacepillos con luz uv incorporada son una buena opción y sencilla para casa.
Sin embargo, recuerda que debes reemplazar tu cepillo de dientes cada dos meses por uno nuevo. De esta forma, te garantizas utilizar un cepillo de dientes en perfectas condiciones para lucir la mejor de las sonrisas.