Desgastes en el cuello de los dientes: Causa y solución a la abfracción dental
Los desgastes en el cuello de los dientes, que parecen tomar la forma de una cuña, son problemas dentales comunes que generan molestias significativas. Estos desgastes causan una sensibilidad aguda que puede interferir con la capacidad de disfrutar de alimentos y bebidas frías o calientes, o dulces. Contrariamente a la creencia popular, la causa de estos desgastes no está relacionada con la forma de cepillado dental.

Origen del desgaste en los dientes
Se cree comúnmente que una mala técnica de cepillado o un cepillado muy agresivo puede provocar este tipo de desgastes, denominados abfracciones. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Los desgastes de abfracción son causados por fuerzas excesivas aplicadas en lugares vulnerables del diente y no tienen relación con microorganismos. Este fenómeno es de naturaleza física y se manifiesta de manera más prominente en algunos dientes y no en todos.
Al observar la anatomía de un diente, se puede notar que el esmalte es más grueso en la parte masticatoria y se adelgaza hacia el cuello del diente. La capa de esmalte se vuelve muy delgada en el punto de unión entre el esmalte y el cemento, la parte del diente que está dentro del hueso. Cuando se aplica una mordida incorrecta o se aprieta demasiado, las fuerzas dirigidas hacia este punto frágil pueden causar microfracturas. Con el tiempo, estas pequeñas fracturas pueden crecer y formar abfracciones más grandes.
Existen tres causas principales para este tipo de lesiones:
- Bruxismo o apretamiento dental patológico: Este es el hábito de rechinar o apretar los dientes, especialmente durante el sueño. El bruxismo puede llevar a un desgaste significativo y daño a los dientes.
- Trauma oclusal o mala mordida: Una mordida incorrecta puede causar una distribución desigual de las fuerzas de mordida, lo que puede llevar a un desgaste excesivo en ciertos dientes.
- Movimientos de ortodoncia que provocan una mala mordida temporal: Durante el tratamiento de ortodoncia, los dientes se mueven gradualmente. En algunos puntos, esto puede causar contactos prematuros, que son puntos donde los dientes se tocan antes de lo que deberían durante una mordida. Esto puede causar desgastes de abfracción.
Además, ciertos alimentos y bebidas, como el café y el limón, pueden causar desgastes en el cuello del diente, que a veces se confunden con la abfracción. Este desgaste es de naturaleza química y puede agravar las lesiones de abfracción ya existentes.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la causa de las abfracciones requiere una revisión exhaustiva de la mordida del paciente. Un diagnóstico incorrecto puede llevar a más problemas, incluyendo la formación de caries.
El tratamiento para las abfracciones depende de los síntomas del paciente y de la causa de las lesiones. En algunos casos, los pacientes sufren principalmente de sensibilidad dental. En estos casos, se puede aplicar un desensibilizante o se pueden usar pastas dentales con desensibilizantes.
Si la sensibilidad persiste después del tratamiento desensibilizante, se puede colocar una barrera física, como una resina dental. Sin embargo, no todas las resinas son adecuadas para este propósito. Las resinas utilizadas en los cuellos de los dientes deben ser flexibles y liberar flúor para ayudar a aliviar la sensibilidad.
Uno de los aspectos más importantes de colocar resinas en los cuellos de los dientes es garantizar una técnica correcta. Debe haber un sellado perfecto entre la resina y el diente para prevenir la infiltración bacteriana, lo que podría empeorar la situación al causar caries.
Cuando la abfracción es demasiado grande, a veces es necesario colocar una corona dental. Sin embargo, si el problema subyacente que causó la abfracción no se resuelve, cualquier tratamiento podría fracasar. Por ejemplo, si el paciente tiene bruxismo, se debe prescribir una guarda dental para evitar el rechinamiento y el apretamiento de los dientes durante el sueño. Si el problema es una mordida incorrecta, se debe corregir mediante ortodoncia.
Cómo se puede prevenir la abfracción dental
La abfracción dental es un problema que afecta a muchas personas, provocando desgastes en los cuellos de los dientes y sensibilidad dental. Es importante entender que no es causada por un cepillado incorrecto, sino por otros factores, principalmente las fuerzas excesivas a lugares vulnerables del diente. Aunque esta condición puede ser tratada, es crucial tratar de prevenirla. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
1. Identifica los factores de riesgo
Identificar y entender los factores que pueden aumentar tu riesgo de sufrir abfracción dental es el primer paso para prevenirla. El bruxismo o apretamiento dental, una mala mordida (trauma oclusal) y los movimientos de ortodoncia que causan una mala mordida temporal son las principales causas de la abfracción dental.
El bruxismo es una condición en la que la persona aprieta o rechina los dientes de manera inconsciente, especialmente durante el sueño. Si detectas signos de bruxismo, como desgaste de los dientes, dolores de cabeza, o sensibilidad dental, debes buscar ayuda profesional.
2. Corrige tu mordida
Si la causa de tus problemas de abfracción es un trauma oclusal o una mala mordida, es esencial que se corrija. Esto podría requerir un tratamiento de ortodoncia. Los dientes deben alinearse correctamente para evitar fuerzas excesivas en lugares específicos del diente, lo que podría causar abfracciones.
3. Usa una guarda para dormir
Si tienes bruxismo, una solución común es usar una guarda dental durante el sueño. La guarda debería ser firme, no blanda, ya que una guarda blanda puede aumentar la tensión en la mordida al animarte a apretar aún más. La guarda dental ayuda a proteger tus dientes de la fuerza excesiva causada por el apretamiento o rechinar de los dientes.
4. Evita los alimentos y bebidas ácidos
Los alimentos y bebidas ácidos, como los cítricos y el café, pueden contribuir a la erosión de los dientes y confundirse con abfracción dental. Trata de moderar tu consumo de estos productos y asegúrate de enjuagarte la boca con agua después de consumirlos.
5. Mantén una buena higiene bucal
Aunque el cepillado dental incorrecto no es una causa de abfracción dental, mantener una buena higiene bucal es esencial para la salud general de tus dientes. Un buen cepillado y uso regular de hilo dental ayudarán a prevenir la caries dental y la enfermedad periodontal.
6. Consulta a tu dentista regularmente
Las visitas regulares al dentista permitirán detectar temprano cualquier signo de abfracción dental y comenzar el tratamiento lo más pronto posible. Además, tu dentista puede proporcionarte más consejos sobre cómo mantener una buena salud bucal y prevenir la abfracción dental.
El desgaste en el cuello de los dientes es frecuente
Los desgastes de abfracción en el cuello de los dientes son un problema dental común que puede causar molestias y sensibilidad. Contrariamente a la creencia popular, estos desgastes no son causados por técnicas de cepillado incorrectas, sino por fuerzas excesivas aplicadas a los dientes. Una revisión exhaustiva de la mordida del paciente y la elección del tratamiento adecuado son esenciales para resolver este problema y prevenir problemas futuros.
No dejes que la creencia errónea de que el cepillado causa abfracción te disuada de mantener una buena higiene oral. Continuar con una correcta higiene dental es esencial para prevenir problemas como la gingivitis y la caries. Si notas signos de abfracción en tus dientes, te animo a que acudas a tu dentista para obtener el tratamiento adecuado. Recuerda, la prevención y el tratamiento temprano son clave para mantener una salud dental óptima.
Referencias
- Nascimento, Marcelle M., et al. «Abfraction lesions: etiology, diagnosis, and treatment options.» Clinical, cosmetic and investigational dentistry (2016): 79-87.
- Grippo, John O., Marvin Simring, and Steven Schreiner. «Attrition, abrasion, corrosion and abfraction revisited: a new perspective on tooth surface lesions.» The Journal of the American Dental Association 135.8 (2004): 1109-1118.
- Goldstein, Ronald E., et al. «Abfraction, abrasion, attrition, and erosion.» Ronald E. Goldstein’s Esthetics in Dentistry (2018): 692-719.