Cómo clasificar los residuos y tener una clínica dental más sostenible
Los centros de salud en general emiten residuos peligrosos de alto riesgo. No sólo por manejar agentes contaminantes a lo interno, sino también hacia el exterior. El sector odontológico no escapa de esta realidad, siendo importante saber cómo clasificar los residuos y tener una clínica dental más sostenible y amigable con el medio ambiente y equipo humano. En definitiva, es tarea de todos promover la limpieza y salud del planeta.
¿Por qué gestionar los residuos en la clínica dental?
En principio, gestionar los residuos emitidos por los servicios de atención de salud es un tema de salud pública, en segundo término, por la emisión de desechos con un alto grado de peligrosidad por tratamientos de patologías infecciosas, cirugías orales, radiología, entre otros asociados a la odontología.
Ante tal realidad, no queda más que poner manos a la obra, para intentar proponer soluciones u opciones alternas. Puesto que bien se sabe, que la odontología es uno de los mayores generadores de residuos con gran impacto ambiental.
¿Por qué tal afirmación?, tan simple como que además de emitir desechos biológicos, existe en la clínica dental una mentalidad descartable, es decir, hay una abundante emisión de plástico (guantes, palitos, hisopos, vasos, cepillos, caretas, etc) debiendo por tanto, buscar opciones más sencillas y ecológicas.
Importancia ambiental de tratar los desechos odontológicos
El gran volumen de los residuos dentales y centros de salud en general prende la alerta mundial, porque ciertamente, estos descartes van a parar al medio ambiente, afectando la vida natural, incluyendo la humana. De allí, que muchos sectores oficiales y particulares pretenden ir más allá, para que las clínicas dentales y centros de salud gestionen los residuos tóxicos.
En este sentido, el Parlamento Europeo ya planteó algunas medidas oficiales dirigidas al sector de la salud, concretamente, al odontológico, cuyo objetivo es instar a la gestión de los desechos de los gabinetes dentales.
Para dar sólo un dato, algunos estudios recientes señalan que el plástico ya alcanza el 80% de la basura marina de mares y océanos. El daño invisible de esta basura es que termina en el estómago de los habitantes de estas aguas, y que al mismo tiempo, muchas de estas especies son consumidas por los seres humanos.
En razón de la lenta descomposición del plástico, representa o se ha convertido en un problema de alto impacto medioambiental, al tiempo de suponer un daño para la salud animal y humana por extensión.
A los fines de frenar la cultura de usar y tirar de la sociedad mundial actual, el Parlamento Europeo acordó expresamente prohibir la emisión de plástico de un solo uso para el 2021. Dentro de los residuos en la clínica dental, ordena la sustitución de los bastones o hisopos de algodón, pajitas y utensilios plásticos.
El Ente oficial explica, también, que el uso de aquellos plásticos tóxicos que no tienen sustitutos debe reducirse por lo menos en un 25% para el 2025.
Volumen de residuos generados por la clínica dental
De todos los materiales de uso cotidiano ocupados en una clínica dental, aproximadamente, el 85% es plástico, de tal modo, que deben buscarse alternativas principalmente a aquellos que se usan una sola vez.
De tal forma, que ubicarse en este contexto actual es fundamental para comprender el tipo de acciones que pueden implementarse en la clínica dental. Pero veamos, otros datos que llaman a la reflexión:
- En promedio, una clínica dental atiende 3 pacientes/hora.
- Por paciente el dentista y el auxiliar usan 4 guantes.
- En cada paciente atendido, el odontólogo y el asistente, usan 2 mascarillas.
- Cada paciente atendido usa 1 eyector salival.
El resto es pura matemática, siendo proporcional a la cantidad de pacientes atendidos diariamente, durante al menos 7 días a la semana. Al multiplicar este resultado por mes y luego por año, seguramente los resultados son escalofriantes, en términos de residuos. Sin jeringas, vasos, palillos, etc.
¿Cómo clasificar los residuos de la clínica dental y hacerla más sostenible?
Del anterior punto, es posible formarse una idea concreta del porqué es fundamental adoptar medidas más amigables y sustentables. Al tiempo de la importancia de identificar y clasificar los residuos arrojados por la actividad de la clínica dental por tipo, con el objetivo de ubicarlos en recipientes identificados que permitan su posterior tratamiento.
En general, los residuos generados en la práctica dental se pueden clasificar en 2 grandes grupos: peligrosos y no peligrosos, ello atendiendo al grado de riesgo y tratamiento especial:
Grupo I: residuos sin riesgo
Se tratan como cualquier desecho común, pertenece al grupo I por ser residuos no sanitarios, no representa riesgo. Buena parte de esos se pueden gestionar sin mucho esfuerzo, pero su impacto medioambiental es colosal. Son perfectamente reciclables según la siguiente clasificación por contenedor y color:
Envase azul: cartón y papel
- Cajas envolventes de pedidos de la clínica.
- Papelería de oficina, una vez usado por ambos lados.
- Boletines e instrucciones de productos.
- Papel de bolsas esterilizantes (separando papel plástico)
Envase amarillo: botellas y similares
- Gorros, cubre calzado y batas descartables.
- Botellas y similares plásticos o metal, como bandejas o aluminio.
- Contenedores ambientadores o lubricante instrumental y otros.
Contenedor verde: vidrio
- Botellas y frascos de vidrio de desecho doméstico.
- Frascos de vidrio de elementos dentales: cementos, retractores, eugenol u otros (sin tapas de plástico).
- Vasos dappen
- Losas de vidrio.
Contenedor gris: residuos no reciclables
- Coronas cerámicas.
- Guantes y mascarillas no contaminados.
- Material de impresión (siliconas y alginatos).
- Acrílicos protésicos, piezas provisionales, férulas de descarga.
- Todo desecho no reciclable puede colocarse en el envase gris.
Punto limpio o neutro
Esta clasificación se abre para aquellos residuos de la clínica dental que no suelen colocarse en colectores habituales:
- Mobiliario.
- Equipos electrónicos.
- Computadoras.
- Pilas y afines.
- Espejos.
- Impresoras
- Cartuchos de tinta.
- Termómetros.
- Residuos de amalgama
- Radiografías.
- Cepillos dentales.
- Alineadores invisibles.
Grupo II: residuos sanitarios no específicos
Este tipo de desechos se originan de la actividad odontológica y no revisten infecciones, siendo cerca del 45%, que obedecen a:
- Guantes.
- Mascarillas
- Baberos.
- Algodones.
- Batas y material descartable.
- Gasas.
- Moldes de yeso.
Grupo III: residuos sanitarios específicos
Igual que el grupo II, son residuos de carácter biológico producto de la actividad dental, cuyos materiales son de contacto, pero que representan riesgo de infección, requieren además depositarse en contenedores rígidos:
- Restos con agentes infecciosos.
- Agujas, elementos cortantes o punzantes.
- Instrumentos de endodoncia.
- Agujas de sutura.
- Sondas exploratorias.
- Cultivos y reservas infecciosas.
- Restos anatómicos de poco volumen.
- Dientes, restos de biopsia o tisulares.
Tipo IV: restos clasificados
Este tipo de residuos de las clínicas dentales son de mayor cuidado, por tratarse de desechos peligrosos de diverso origen. Requiere depósitos rígidos y resistentes y, de ser radioactivos, deben atender a la normativa aplicable y debidamente etiquetados según su peligrosidad:
- Restos químicos y citostáticos.
- Fármacos.
- Metales pesados.
- Fijadores radiográficos.
- Desinfectantes basados en aldehídos.
- Desechos de origen radioactivo.
- Residuos humanos y/o anatómicos.
¿Cómo se gestionan y eliminan los restos de una clínica dental?
Diariamente, una clínica dental desecha materiales orgánicos potencialmente peligrosos, lo que requiere su acopio en contenedores especiales. Estos suelen separarse de los restos que no tienen ningún riesgo, hasta ser retirados por la empresa autorizada.
Cada trámite de eliminación de residuos dentales debe registrarse hasta tanto sea entregado al recolector autorizado, para pasar a ser responsabilidad del ente sanitario de cada país.
Dicha empresa será la responsable de eliminar estos residuos definitivamente con termodestrucción en instalaciones de incineración. Con ello, los patógenos, virus o bacterianos serán destruidos con calor. Este tipo de procedimiento aplica para los residuos tipo III y IV.