Carta del Ratoncito Pérez: Cómo se escribe, ejemplos de cartas para descargar y más
El Ratón Pérez, o también conocido como el hada de los dientes, es un personaje de fantasía que ha estado presente de generaciones en generaciones en muchas culturas. Es ampliamente conocido que se encarga de dejar dinero a los niños una vez que estos pierden sus primeros dientes de leche. Para ello, este personaje visita a los niños durante la noche y deposita dinero debajo de sus almohadas. Actualmente, esta es una tradición que se practica en muchos países.
En definitiva, este personaje reconforta a los niños que pierden sus dientes y hacen de esta etapa mucho más amena. Una parte importante de la tradición es escribir una carta al Ratón Pérez. A continuación, algunas ideas y ejemplos que se pueden tomar en cuenta.
Modelos de Carta del Ratoncito Pérez para descargar






¿Qué se debe escribir en la Carta del Ratoncito Pérez?
- Lo ideal sería comenzar con un saludo, en el cual el niño pueda exponer su nombre y edad.
- También es recomendable dejar un agradecimiento al Ratoncito Pérez, por ejemplo, “Gracias por visitarme, recoger mi diente y dejarme un regalo”.
- Dado que el Ratoncito Pérez es un personaje relacionado con el cuidado dental, en la carta se pueden incluir las buenas prácticas de higiene que el niño ha llevado a cabo. Por ejemplo, cepillar sus dientes todos los días, moderar el consumo de dulces y golosinas, usar hilo dental, visitar con frecuencia al dentista, comer una dieta balanceada entre frutas y vegetales. De esta forma el niño podrá repasar buenos hábitos para cuidar sus dientes.
- Por otro lado, se puede exponer el tipo de diente que se ha perdido. En este sentido, es una oportunidad para que el niño repase los tipos de dientes según su ubicación.
- Finalmente, se le puede pedir al niño que incluya cualquier dibujo de su preferencia.
- Al terminar la carta, es una excelente idea firmar con la fecha, ya que seguramente esta comenzará a ser parte de los recuerdos de los padres.
Ejemplos de Cartas del Ratoncito Pérez



Querido Ratoncito Pérez, te escribe Eduardo, tengo 5 años de edad y el día de hoy mudé mi primer diente de leche. Específicamente se me cayó un incisivo, por suerte no fue nada doloroso, de hecho casi ni me di cuenta.
Mi mamá me ha contado que te encargas de dejar recompensas a los niños que mudan sus dientes. Por lo que estaré esperando con ansias la mía, ya que he cuidado mis dientes de la mejor manera. Los cepillo después de cada comida y al irme a dormir. Me porto bien cada vez que visitamos al dentista. Y aunque me encantan las golosinas, trato de no comer demasiadas para no tener caries.
Si te parece que lo he hecho bien, esperaré contento por tu visita y recibiré con mucho gusto tu recompensa. Prometo seguir cuidando mis dientes para tener una sonrisa más reluciente.

¿El hada de los dientes es lo mismo que el Ratón Pérez?
Se podría decir que el hada de los dientes y el Ratón Pérez hacen referencia al mismo personaje. Sin embargo, las creencias pueden variar dependiendo de cada familia. Por ejemplo, el hada de los dientes es un personaje femenino, de tamaño muy pequeño, que tiene alas y una varita mágica. Mientras que el Ratón Pérez como su nombre lo indica es un simpático ratón vestido de traje.
Ambos personajes están muy presentes en libros infantiles, cuentos y películas. Por lo que su representación en diferentes formas no parece molestar a los niños, ya que su función es básicamente la misma, recompensarlos por haber perdido sus dientes de leche.
Historia del Ratoncito Pérez en España
El origen del Ratoncito Pérez proviene de un cuento francés del siglo XVIII. Su introducción a España se le atribuye a Luis Coloma, a quien en 1894 le pidieron que escribiera un cuento para el futuro rey Alfonso XIII, para ese momento, tenía 8 años y recientemente se le había caído un diente.
Posteriormente, en 1990, como parte del plan memoria de Madrid, el ayuntamiento de la Villa asignó una placa en el número 8 de la calle del Arenal. El cual era el domicilio que tenía el Ratón Pérez, según el cuento de Luis Coloma. Dicha placa informaba “Aquí vivía, dentro de una caja de galletas en la confitería Prast el Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño rey Alfonso XIII”. Poco tiempo después en las cercanías se instaló un Museo del Ratón Pérez.
Según el cuento, el Ratón Pérez vivía dentro de una caja de galletas en el almacén de la confitería Prast, en la Calle Arenal número 8 de Madrid. Desde allí comenzaba su recorrido todas las noches para visitar a los pequeños que habían perdido sus dientes de leche. Su costumbre era dejar una moneda debajo de la almohada.
En la actualidad, en la Biblioteca del Palacio Real se puede encontrar el manuscrito del padre Luis Coloma.
Por otro lado, en la estación del Banco de España se colocó una puertecita en la parte inferior. Específicamente, en la entrada situada junto al Cuartel General del Ejército y en frente del Banco de España. Un anónimo señaló que esta era la puerta del Ratón Pérez, la cual se ha convertido en una curiosidad para todos los visitantes. Y, aunque se había estropeado, el Metro de Madrid la restauró.
Resumen del cuento del Ratón Pérez
Hace mucho tiempo, en Madrid vivía un pequeño rey de 8 años de edad. Este estaba cenando cuando notó que uno de sus dientes se comenzó a aflojar. Con mucho cuidado, la reina tocó el incisivo del Rey y pudo comprobar que aquello era cierto.
Y aunque le dolía un poco, el Rey era un niño muy valiente. Así que ordenó que le sacaran el diente de una vez. Justo antes de irse a dormir.
Nadie quería hacerle daño al rey, hasta que un anciano tomó la iniciativa y con apenas un tironcito el diente salió enseguida. Todos los presentes querían el diente, incluso para exponerlo en un museo. Sin embargo el rey decidió conservarlo porque era suyo.
Por su parte, el rey había oído hablar del Ratón Pérez. Un roedor que por las noches recoge los dientes de los niños y les deja un obsequio. Siempre que sean dientes que los niños hayan cuidado a la perfección.
De esta manera, el rey fue a sus aposentos a dormir y a esperar al Ratón Pérez. Ensayaba una y otra vez lo que quería decirle una vez que lo viera. Sin embargo se quedó dormido. Al poco tiempo apareció el Ratón Pérez y puso manos a la obra. Se dispuso a sacar el diente debajo de la almohada y en ese preciso momento el rey se dio cuenta y se despertó. Del asombro al rey se le olvidó todo lo que quería decirle. Sin embargo, improvisó un saludo cortés.
Rápidamente, se le ocurrió decirle que admiraba su trabajo. Mientras que el Ratón Pérez le mencionó que era un honor para él. El rey le expuso que quería saber más sobre él, fue entonces cuando el ratón le contó que aparte de repartir regalos a los niños de todo el mundo, vivía en un sótano espacioso en la calle Arenal.
A medida que avanzaba la conversación el rey tenía mayor curiosidad. Por lo que el Ratón Pérez le lanzó un hechizo para convertirlo en un ratón también. De esta forma salieron a recorrer Madrid juntos haciendo el trabajo del Ratón Pérez.
Durante este recorrido el rey se dio cuenta de que en la ciudad había niños muy pobres. Entonces se le escaparon algunas lágrimas. Justo antes del amanecer volvieron a la habitación del Rey. Por un lado estaban cansados pero por el otro orgullosos de hacer felices a los niños.
Referencias
- Yeste Martínez, Álvaro. «Érase una vez un cuento que se convirtió en mito: las cartas de los niños/as del siglo XXI al Ratón Pérez.» (2018).
- Nebreda, Jesús J. «Cuatro mitos de nuestra infancia.» Ensayos de Filosofia 3.1 (2016).
- Toumba, K. J. «The legend of the “tooth fairy”.» European Archives of Paediatric Dentistry 14.5 (2013): 277-278.